jueves, septiembre 10, 2009

Carta leída al momento de la llegada de la marcha contra el art. 30 al Congreso Nacional frente a una comisión de asambleistas

Coordinadora Nacional de Resistencia al Retroceso Constitucional Foro de Mujeres por la Reforma Constitucional Señoras y señores asambleistas: En la segunda lectura del texto de Reforma Constitucional ustedes tienen una importante decisión frente a la vida y la salud de las mujeres dominicanas. De la forma en que este orientada esa decisión dependerá en mucho colocar o no en riesgos bienes protegidos por el estado como la vida la salud de la muchas mujeres dominicanas, que sin mediar su deseo o sus creencias, en cualquier momento de sus vidas pueden verse en situaciones de grave riesgo por una situación de embarazo. Solo las mujeres corremos peligro. Por eso somos nosotras las que mayoritariamente estamos aquí. Demandamos de ustedes un texto que imponga como obligación de Estado la protección de la vida de las mujeres, Les estamos haciendo un llamado a que nos miren, a que nos oigan, a que tengan en cuenta que el embarazo, buscado o no, no se convierta en una tragedia que signifique muerte y llanto. Ustedes, constituidos en Asamblea Revisora han asumido la representación de la soberanía popular, y han tomado en sus manos la responsabilidad de decidir sobre cuestiones fundamentales que atañen a hombres y a mujeres, incluidos el valor y el alcance de los derechos ciudadanos, en especial sobre el significado del derecho a la vida. Ustedes, tienen la obligación de escuchar a este pueblo. Un abanico amplio y representativo de sectores sociales ha advertido clara y fuertemente sobre las consecuencias negativas que tendría este artículo, incluyendo la violación de derechos humanos, el aumento de la mortalidad materna, la prohibición de varios métodos anticonceptivos, así como de procedimientos médicos e investigaciones científicas que implicarían vivir o morir para miles de hombres y mujeres. La sociedad dominicana ha dado muestras fehacientes de su rechazo al Art.30. de esta reforma constitucional, al expresar de manera contundente, a través de la Encuesta Gallup, que un 80 por ciento de la población dominicana que está de acuerdo con que la mujer pueda interrumpir su embarazo cuando su vida está en peligro. Apenas 14% que favorece la regulación del aborto por la vía constitucional. ¿No deberían ustedes entender que se está conduciendo al país a mayor estado de irrespeto al ser humano, y a peores condiciones de nuestra ya precaria institucionalidad?. Responder a esa minoría sería plegarse a la doble moral, rendirse al chantaje. Negarse a entender que cada día en los hospitales públicos de nuestro ٕpaís profesionales de la salud se ven obligados a tomar decisión para salvar o dejar que mueran mujeres pobres de nuestro país. El pueblo dominicano merece actuaciones serias y responsables de quienes les representan en la Asamblea. Esperamos que asuman la defensa de los principios democráticos y de los derechos de ciudadanía como un deber sagrado. Queremos que ustedes tengan el valor y la entereza de votar en función del bien común y no de intereses electorales. Aspiramos a que sean capaces de enfrentar los chantajes de jerarquías religiosas que abusan de las libertades democráticas e irrespetan las reglas de juego del sistema político. A estas alturas nadie debe llamarse a engaño en cuanto a las implicaciones reales del Art. 30. No es cierto, como alegan sectores conservadores y fundamentalistas, que los/as médicos/as podrán practicar abortos terapéuticos. ¿Cómo podría la Secretaría de Salud Pública tener normas de procedimientos que violen flagrantemente la nueva Constitución? Los(as) médicos(as), hospitales y clínicas no podrán apelar a ninguna justificación legal, porque ninguna norma jurídica está por encima de la Constitución. Quienes afirman lo contrario están apostando al incumplimiento de la ley, lo que equivale a promover el irrespeto por la institucionalidad jurídica. Les recordamos que prohibir el aborto sin excepciones ha sido declarada una forma de tortura por los órganos de protección a Derechos Humanos constituyéndose en un criterio que debe respetar el país como miembro de la comunidad internacional y solo está vigente en seis países en todo el mundo. Demandamos de las y los asambleístas un voto responsable, en consonancia con el bien común y respetuoso de los derechos humanos. Un voto que afirme la madurez de la democracia dominicana y sus instituciones. Que reconozca la diversidad de posiciones que caracteriza a la sociedad dominicana y respete la libertad de conciencia y cultos que protege a todas las posiciones por igual. Confiamos en que las y los asambleístas que votaron a favor del Art. 30 en primera lectura sabrán aprovechar la oportunidad que les ofrece esta segunda lectura para poner en alto los mejores intereses de la nación. Santo Domingo, 8 de septiembre, 2009

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